Las cifras son contundentes, Audi llegó a Ingolstadt en 1949, recordemos que los cuatro aros eran la unión de cuatro marcas: DKW, Wanderer, Audi y Horch, y en este sitio se asentó lo que fue una nueva área industrial de la firma que hoy cuenta con 2 millones 737 mil 500 metros cuadrados, empleando a más de 40 mil personas que en distintos turnos son capaces de ensamblar hasta dos mil autos diarios en esta fábrica que luce moderna, sumamente bien mantenida. Quien no entró a ella hace 20 años no podría notar lo bien mantenida que es la línea de ensamble pensando que es totalmente nueva, a pesar de tener 75 años manufacturando vehículos en este sitio.
En esta planta, una de las más productivas de Audi e importantes, se producen los Q2, A3, A4, A5, Q6 e-tron y SQ6 e-tron, con lo que también conjunta el ensamble de vehículos a gasolina y eléctricos, uniendo las dos vertientes hacia el futuro de la compañía.
Dentro de esta infraestructura la empresa procesa desde las grandes partes de acero que hacen la carrocería en prensas de toneladas de presión, hasta el ensamble final de vehículos y sus múltiples controles de calidad, en líneas automatizadas, pero también ergonómicas para muchísimos procesos manuales, como son los interiores, acabados, calidad e inspección; donde la mano de obra calificada también se aprecia. Impresionante el herramental, robots y la adaptabilidad de la planta a distintos modelos.
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Dentro de este complejo también se encuentran las oficinas mundiales de la marca con lo que muchísimas visitas de todo el mundo tanto de clientes, ejecutivos, distribuidores y entusiastas se reciben en el museo Audi y su centro de experiencia, que, por cierto, está cumpliendo más de 20 años de vida y que luce igual de imponente que al inicio, con tesoros como el primer auto que se pudo tener de 1903, un Horch único en el mundo, pasando por todas sus marcas, motocicletas DKW, o el primer auto con tecnología Quattro que se presentó en el Auto Show de Ginebra en 1980, o el modelo que dio origen al TT, o al enigmático R8 cuyo prototipo fue conocido como “Le Mans”.
La gran infraestructura se complementa con la línea de tren que, básicamente, la parte en dos, y que va del norte al sur de Alemania; una logística perfecta en entrega de componentes, partes y módulos, y la salida de unidades nuevas a todo el mundo.
En San José Chiapa, en México, Audi llega con la misma filosofía y ha hecho un polo de desarrollo muy importante, con Q5, tanto a gasolina como en vistas a tenerla eléctrica, lo que une a nuestro país con la innovación de los cuatro aros.
Sin duda, Ingolstadt es ejemplo de la visión de la marca, sus directivos y accionistas, el sitio más grande de producción dentro de Audi, con su historia, su presente y las decisiones que marcarán su futuro.
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