BMW Serie 1, adrenalina en las venas

Son pocos los vehículos que causan tanta expectativa entre los compactos premium, su dinamismo, practicidad, eficiencia en sus motores y un atractivo diseño son las exigencias que deben cumplir al pie de la letra los autos que aspiren a convertirse en un objeto de deseo entre los amantes de la aceleración a fondo. El revitalizado BMW Serie 1 viene a demostrar que tiene lo necesario para llevar al siguiente nivel la imagen y performance de este nicho de mercado en México.

No hace falta decirlo, siempre hemos sido fanáticos del Serie 1, a través de las diferentes oportunidades que hemos tenido de manejarlo siempre nos ha dejado un grato sabor de boca y sorprendido con su desempeño, por esta razón las expectativas de su renovación eran muy altas. Para ver de lo que está hecho nos lanzamos a una aventura que arrancó al sur de la Ciudad de México con destino a Tepoztlán.

Son dos versiones con las que cuenta el Serie 1, tres y cinco puertas, con dos alternativas de motorización: cuatro cilindros turbo 1.6 litros que entrega una potencia de 177 caballos y la más deportiva con un motor seis cilindros turbo 3.0 litros que le entregan a tu pie derecho 326 caballos de fuerza. Ambas acopladas a una transmisión automática de ocho velocidades, con opción de elegir una caja manual de seis velocidades.

La gama de la Serie 1 de BMW se divide en: Urban Line, Sport Line, Paquete M Sport y el M135iA.

El rango de precios de la versión tres puertas parte de los 444 mil 900 a los 489 mil 900 pesos, mientras que el modelo cinco puertas va de los 454 mil 900 alcanzando los 669 mil 900 pesos en el tope de la gama.

Para este facelift la marca no se anduvo con rodeos y los cambios son radicales, tanto en el interior como en la carrocería, con una imagen que se alinea con los recientes lanzamientos de la firma alemana, los cuales derrochan adrenalina y deportividad, además de ofrecer un arsenal de sistemas de comunicación e infoentretenimiento.

Visualmente el Serie 1 presume de un ADN más agresivo con una nueva parrilla de riñón, que está enmarcada por una configuración de faros, con luz LED, que le da una mirada felina y unas entradas de aire más grandes que, además de optimizar la refrigeración de motor y frenos, denota su espíritu racing.

Los laterales lucen de líneas de carácter que le dan un look muy emocional, compacto y sólido, que con sus rines de aluminio nos dan un cuadro muy atractivo. La parte trasera le pone la cereza al pastel con una musculatura que no deja lugar a dudas que se trata de un vehículo de BMW. Para completar la gama la firma ofrece modelos con accesorios M, los cuales son veneno puro.

Una vez explicada la ruta a Tepoztlán nos en metimos en el insufrible tránsito capitalino que, sin quererlo, nos permitió apreciar la buena marcha que tiene en Serie 1 en ciudad con una suspensión que absorbe de forma eficiente las múltiples irregularidades que caracterizan a nuestro asfaltado.

Las alternativas de conducción nos ofrecían el modo ECO, pero nos negamos a ceder a la tentación del ahorro de combustible y a ser más amables con el medio ambiente. En realidad bastó con un acelerón para dejar esta modalidad en el retrovisor. Somos incorregibles, pero esta alternativa la agradecerá más de uno con más conciencia verde que nosotros.

Una vez librado el tramo de ciudad llegó la hora de la verdad y en la carretera este BMW lució lo mejor de sí, su tracción trasera permite un manejo sumamente dinámico, deportivo, pero por sobre todas las cosas, deportivo. De inmediato se percibe al aumento del caballaje del motor (siete más en el 1.6 L y 6 en el 3.0 L).

El empuje es soberbio y no pierde en ningún momento la potencia con lo que el ritmo de manejo supera las expectativas con cada kilómetro recorrido con el pie derecho a fondo.

Su dirección es una maravilla, toda vez que, es muy precisa y lleva el auto a donde apunta la mirada, lo cual apreciamos en los caminos sinuosos sorteándolos a buena velocidad, por su parte los controles de tracción y estabilidad ayudan a no perder el aplomo al momento de surcar los límites de la física.

El empuje es notable y no pierde su vigor tras una desaceleración, mientras que ambas transmisiones se lucieron con una rápida entrega de potencia que se sincronizaba practicamente con lo que estábamos pensando en cada maniobra.

Tras bajarnos las revoluciones con una tradicional nieve de nuestro destino comenzamos a apreciar a detalle el interior del nuevo Serie 1, el cual está lleno de materiales de gran calidad, agradables al tacto y ensambles de buena calidad, así como una muy racional serie de insertos de aluminio que realzan su diseño enfatizando su alma deportiva.

El espacio interior es óptimo para llevar a todos los pasajeros con confort, mientras que los controles al volante y la tradicional perilla para manipular sus sistemas de comunicación e infoentretenimiento nos hicieron la vida más cómoda, además de que la música de Depeche Mode nos ayudó a subir las pulsaciones y a corroborar la calidad del audio del auto, además del hermetismo de su cabina, ya que no permitió la entrada de los ruidos de la carretera y, mejor aún, evitó que nuestros fallidos intentos de igualar la voz de Dave Gahan salieran al exterior, en la medida que nos acercábamos a nuestro amado caos del Distrito Federal.

La conclusión es que BMW acertó con todos y cada uno de los ajustes que le hicieron a su Serie 1 y está listo para enfrentar la batalla por este segmento del mercado con la Clase A de Mercedes-Benz y el Audi A3, todos buenos vehículos cuya victoria será establecida por la frialdad de sus números de venta. Esto se va a poner bueno.

ESCRITO PORMario Cañas

Egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la UNAM. Apasionado de los autos y del deporte motor, la adrenalina y la gasolina corren por sus venas. Acompáñenlo a recorrer kilómetros llenos de emoción y a compartir historias.