#LadiesOfHarley, escribiendo su historia en el motociclismo

Desde 1912 Harley-Davidson ha incluido ilustraciones de mujeres que participan en el deporte del motociclismo en sus catálogos como modelos o como pasajeros. Sin embargo, en el catálogo de 1921, la marca incluyó una mención sobre cómo el motociclismo estaba creciendo entre las mujeres, ya no solo como copilotos, sino como pilotos en solitario.
Incluso antes de aquel artículo de 1921 las aventuras de varias mujeres riders habían sido documentadas en las revistas The Harley-Davidson Dealer y The Enthusiast. Dos de estas historias eran las de Della Crewe (1914) y Avis y Effie Hotchkiss (1915), justo de la travesía de estas dos últimas les voy a hablar en esta ocasión.

De Nueva York a California

¿Pueden imaginar cruzar el país en motocicleta? Sería toda una aventura, ¿cierto? Ahora, ¿pueden imaginar esta hazaña en 1915? Pues Avis y Effie Hotchkiss (madre e hija) lo lograron cuando esta última tenía únicamente 21 años de edad.

Hoy resulta impensable un viaje como el que ellas realizaron, sin GPS, sin hoteles en el camino donde descansar y sin estaciones de servicio suficientes a lo largo de la Interestatal. Además, aunado a todas estas complicaciones, debemos considerar lo que eran las normas sociales en aquella época: las mujeres no tenían derecho a votar y montar una motocicleta era incluso considerado indecente… Ellas, enfrentando toda clase de obstáculos lo lograron escribiendo un nuevo capítulo en la historia del motociclismo femenil.

Una historia inspiradora

En 1906 San Francisco sufrió los efectos devastadores de un gran terremoto, el 80% de la ciudad quedó destruida. Luego de su reconstrucción la ciudad estaba lista para recibir a visitantes de todo el mundo para ello se organizó en ella la famosa Panama-Pacific International Exposition, una feria que se llevó a cabo de febrero a diciembre de 1915 y que celebraba la inauguración del Canal de Panamá.

Effie quería visitar esta exposición a toda costa y sin importarle lo que las normas sociales de la época «marcaban» decidió que viajaría a San Francisco. Nada ni nadie la detendría en su propósito… ni siquiera su madre Avis. Por supuesto Avis no estaba del todo convencida de la aventura que quería emprender su hija pero consciente del viejo refrán: “si no puedes contra el enemigo, únetele”, emprendieron el viaje juntas. Con el dinero de una herencia, la joven Effie compró una motocicleta Harley-Davidson a la que equipó con un sidecar diseñado para llevar a la robusta Avis de Nueva York a California a lo largo de más de 6,400 kilómetros (4,000 millas) en un solo sentido.
El 3 de mayo de 1915, cargó su motocicleta con todo lo necesario para sobrevivir a este viaje al oeste: ollas, sartenes, herramientas, equipo para acampar, un hacha, un revólver, y por qué no, las agujas de tejer de Avis.
Los apuntes de Effie, mencionan paradas en Cleveland, Chicago, Davenport, Omaha, Salt Lake City, Reno, y Sante Fe, recorrido a lo largo del cual enfrentaron toda clase de obstáculos: inundaciones, lluvias torrenciales, el frío glacial y temperaturas en extremo calientes. Effie tuvo que poner a prueba sus habilidades mecánicas para superar la prueba.

Sin embargo, no todo fueron dificultades para Avis y Effie,  el vínculo entre madre e hija que se produjo las marcó de por vida y Effie incluso encontró el amor. Cuando llegó a San Francisco accidentalmente se topó con un joven mientras cruzaba la calle frente a su motocicleta. Este chico más tarde se convirtió en ¡su esposo!

y así fue, después de meses de viaje, Effie llegó a su destino…

La nueva generación de #LadiesOfHarley

Hoy, las mujeres que se sienten atraídas por el mundo harlista encuentran en la Harley Riding Academy una oportunidad de aprender el manejo de una motocicleta con total responsabilidad. Un curso teórico-práctico en el que se asimilan los aspectos básicos a considerar antes de manejar una motocicleta siempre considerando la seguridad como el aspecto fundamental. En memolira.com tuvimos la oportunidad de acompañar a un grupo de cuatro mujeres que aprendieron que no solo los diamantes son los mejores amigos que podemos tener.

¡Yo puedo. Lo haré. Véanme!

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